No quiero tu compasión,
ni que me extrañes, quiero tu compañía y que me abraces.
No quiero tu aliento ni
tus besos, quiero tu mente y tus palabras.
Quiero al ser que esta
detrás de ti, que no se esconde pero que permanece oculto bajo sus temas
triviales y sus conversaciones airosas.
Quiero pasar más tiempo
contigo y permanecer en silencio, conociéndonos. Quiero poder acariciar tu mano
y saberla mía, no mía no. Quiero saberla lejana e inalcanzable pero eternamente
mas hermosa y prodigiosa.
Quiero escucharte tocar
el saxofón o cualquier otro instrumento que pudieras llegar a aprender.
Amo tu complejidad y tu
razonamiento, que si bien no te llevan a ninguna parte, nos permite perdernos
juntos.
Amo tu aparente
indiferencia hacia la vida, pero una vez en ella, amo tu chispeante
personalidad.
Amo el exceso de tabaco
que emana de ti y como lo compartes a todo aquel que te lo pide. Amo como lo
espantas de mi cara, y la forma en la que haces mágicas bolitas de humo.
Pero sobre todas las
cosas, amo la manera en la que me abrazas, como si no me quisieras soltar
nunca, como si quisieras que fuéramos una misma persona, fusionándose en un
abrazo cual dos burbujas de jabón.
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